Los Lakers sucumbieron 103-106 contra unos Nuggets que ponen el 1-1 en la final del Oeste, birlan el factor cancha a los californianos y ganan a los angelinos tras once derrotas consecutivas contra ellos en 'playoffs' (no les ganaban en la fase final desde 1985, la segunda racha perdedora más larga en la historia de la NBA en los enfrentamientos contra un mismo equipo).
Los de púrpura y oro sufren una especie de trastorno ciclotímico que les lleva a unos cambios de ánimo rápidos e irregulares. Esas oscilaciones entre la euforia y la depresión es un arma de doble filo que, en el segundo partido de su serie contra los Nuggets, les ha condenado al fracaso.
En el primer cuarto los de Phil Jackson, que tampoco es ajeno a este síndrome, se mostraron como un equipo equilibrado y con las ideas muy claras. Pau dominada en la pintura, Kobe seleccionaba bien sus tiros, Ariza se dedicaba a ser un incordio defensivo y en defensa agobiaron hasta tal punto a Carmelo Anthony, que quedó en 2 puntos con un pobre 1 de 6 en tiros de campo, que desarbolaron a los Nuggets (31-23).
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